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10 CLAVES PARA MEJORAR TU ORATORIA

                         10 claves para mejorar tu oratoria

   
1. LA PREPARACIÓN Uno de los problemas más recurrentes en un alto porcentaje de oradores es la ansiedad que sienten en los minutos iniciales de su exposición. He aquí algunas recomendaciones: _ Procura tener un sueño reparador. _ No consumas alimentos flatulentos. _ Llega con antelación para reconocer el lugar y sus accesos. _ Dedica al menos 10 minutos a relajarte y elongar tu cuerpo, especialmente en zonas proclives a acumular tensión, tales como cuello y zona lumbar. _ Chequea que tus complementos estén en las condiciones debidas (audio, powerpoint, objetos, etcétera). _ Ejercita tu garganta y tu respiración a través de un texto cualquiera. _ Ten un vaso de agua a la mano. Probablemente para quien te escucha no haga demasiada diferencia, pero SÍ lo hará para ti.

 2. EL COMIENZO Inicia tu discurso con alguna imagen sugerente, anécdota, refrán o aforismo, cualquiera sea el tema del cual te toque exponer. Eso permitirá que tu auditorio pueda distenderse y predisponerse de forma positiva frente a tu presencia y eventualmente sentirse impactado por un “inicio poco habitual”. Rompe lo predecible.

 3. EL VOCABULARIO El poseer un vocabulario rico y amplio es una gran ventaja para comunicar. Los matices, la sinonimia, los énfasis, sólo pueden construirse en la medida de contar con un vocabulario vasto y apropiado.

 4. EL USO DEL ESPACIO Desplázate con soltura y libertad, pero hazlo con intencionalidad significativa. Cada desplazamiento que ejecutas tiene un efecto directo (e inconsciente) sobre tu audiencia. Evita situarte tras escritorios, sillas o cualquier otro mueble que impida la visión total de tu cuerpo. Cuando te desplaces hazlo evitando dejar fuera del arco de influencia (180°) a alguno de los asistentes. Los movimientos sin sentido y monótonos denotan nerviosismo y angustia, además de desconcentrar al auditorio.

 5. EL USO DE LA VOZ Has un uso adecuado de tu voz. Cualquiera sea tu fortaleza en este aspecto, sácale el partido que merece. Un volumen elevado de la voz, genera respeto por su “imposición” en el ambiente. Una buena dicción permite ser comprendido íntegramente. Una inflexión consciente y compenetrada con tu relato permite generar matices y crear imágenes en la mente de los asistentes.

 6. LOS GESTOS CONCIENTES Es frecuente que un orador no repare conscientemente en los efectos y significación que muchos de sus gestos connotan en el auditorio. Como también es frecuente que el auditorio (conscientemente) tampoco lo haga. Pero lo que sí es un hecho es que una vez finalizada la exposición, cada asistente evaluará la calidad de la presentación, así como la valoración del orador conforme hayan sido los gestos regularmente utilizados. Toma conciencia de ello, debes saber cómo dirigirte con tus manos, debes saber dónde situarlas y dónde no. No sólo saber lo que dices,, sino,, cómo lo dices.. 
 7. EL CONTACTO VISUAL El contacto visual regular y sistemático con todos y cada uno de los miembros del auditorio es una de las reglas fundamentales que todo orador debe procurar cumplir al momento de comunicar. Más que un protocolo, es un acto altamente significativo pues permite que cada asistente no pierda foco en el orador y en lo que éste comunica. El contacto visual lo involucra, compromete y responsabiliza del acto comunicativo en general.
 8. EL USO DEL POWER POINT Respecto de esta herramienta no existen dos lecturas: o favorece o perjudica la comunicación del orador. Una presentación powerpoint debe ser siempre un complemento y/o apoyo de la presentación, pero jamás la presentación en sí misma. Frases ancla desplegadas secuencialmente que sirvan de impulso a tu discurso. Imágenes como únicos pesos visuales, evitando la “sobre comunicación” de estímulos: sonidos y transiciones animadas. No pretendas decir lo que quieres decir a través de una diapositiva.
 9. EL AUDITORIO El conocimiento de las características del público al que te dirigirás es esencial. Hacer presente detalles y aspectos que te conecten con los asistentes: lugar, historia, experiencias, anécdotas, costumbres, entre otras. Todo lo anterior facilita el habla más propicia a utilizar, el metalenguaje, expresiones nacidas en ese reducto y con significación exclusiva, vocablos técnicos y coloquiales. Cerciórate de recabar la información necesaria para “ser parte de”. 
 10. TU IMPRONTA (HUELLA, MARCA, SEÑAL) Sé tú. Parece simple, y lo es. El reconocer quién eres y saber cómo actúas es desde todo punto de vista la clave de todo orador. La gran mayoría de los expositores asumen un rol que no les es propio. Eso afecta tu credibilidad y reconocimiento. Los moldes y esquemas son el peor camino para persuadir y convencer. Sácale partido a quien eres. Todo orador que se precie de tal, debe tener en consideración que cada charla, discurso o exposición ante una audiencia es una instancia plagada de nuevos desafíos del punto de vista de la comunicación. En ese contexto hay una serie de deberes que TODO ORADOR debe tener en mente, he aquí algunos:
 1- Ante todo, respetar y ser consecuente con mi identidad, es decir con todo aquello que me hace distintivo, genuino, creíble y diferente de otros.
 2- Procurar estar consciente de cómo y de qué forma comunico. Eso supone, por ejemplo, estar atentos a nuestra comunicación no verbal y los efectos provocados sobre la audiencia. 
 3- Siempre hacerse responsable de los errores en la interpretación y/o comprensión de la audiencia: “¿He sido claro?, ¿Me he explicado bien?”
 4- Cualquiera sea el tenor del diálogo que se sostenga con cualquier interlocutor de la audiencia, JAMÁS se debe imponer la emocionalidad por sobre la racionalidad, tolerar ante todo. Por mucho que alguna opinión del auditorio nos parezca desafortunada, inconveniente y hasta agresiva, el respeto por el interlocutor y por el resto de la audiencia es vital. El descontralarnos en un segundo, estropea el trabajo hecho por horas.
 5- Ser imparcial. Como todos, tenemos apegos, preferencias y gustos determinados. El defender ese sentido de pertenencia es parte del ámbito privado. El orador no tiene preferencias políticas, religiosas, de pueblos, o cualquiera otra que genere divisiones y/o distancias con la audiencia.
 6- Ser propio. Cualquiera sea el lugar, el tema, el contexto, la audiencia, un orador debe adaptarse a las “condiciones comunicativas” imperantes, partiendo desde la indumentaria, pasando por la estructura de contenidos, hasta el habla requerida para dicho escenario.
 7- Ser autocrítico. Nunca se termina de aprender en estas materias, disponerse siempre a mejorar y optimizar la ejecución de nuestra oratoria es un deber ineludible.

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