• Un amigo te dice que pronto vas a recibir el regalo que te mandó por correo, pero en realidad no te ha envidado nada.
• Aunque a tu vecina le parece horrendo tu peinado nuevo, te asegura que le encanta.
• Un empleado de tienda afirma que toda la mercancía tiene descuento, pero sólo unos cuantos productos están rebajados.
Las pequeñas mentiras (de todo tipo) abundan en nuestra vida diaria, y descubrir la verdad puede quitarnos mucho tiempo, resultar frustrante e incluso crearnos problemas.
Paul Ekman, profesor emérito de psicología de la Universidad de California en San Francisco, señala: “Las mentiras son comunes entre amigos, entre maestro y alumno, marido y esposa, abogado y cliente, vendedor y comprador, médico y paciente”. Ekman lleva más de 40 años estudiando el embuste y el engaño, y es autor de varios libros sobre el tema. “Mentir es una conducta universal tan cotidiana, que comprenderla mejor tiene relevancia en casi todos los asuntos humanos”, afirma.
¿Cómo podemos saber si otra persona nos está diciendo una mentira, ya sea una pequeña e inofensiva o una grande que nos perjudique? Los expertos aconsejan probar estas cinco técnicas de detección.
1. Escucha la voz
2. Analiza las palabras
3. Ojo con las miradas
4. Descifra el lenguaje corporal
5. Capta la “filtración” emocional
1-Escucha la voz. ¿Alguna vez te ha parecido que el tono de voz de una persona no es el normal? ¿Has notado que se le quiebra la voz cuando eso no le ocurre habitualmente? Presta atención a este tipo de detalles, ya que pueden revelar engaño.
Ekman y Maureen O’Sullivan, una colega suya de la Universidad de San Francisco, evaluaron la habilidad de 509 personas para reconocer la mentira, y los resultados fueron inequívocos. Se mostró a los participantes (entre ellos agentes del Servicio Secreto, de la CIA y del FBI, así como psiquiatras y estudiantes universitarios) un video de 10 individuos que mentían o decían la verdad.
En la cinta, por ejemplo, una mujer describía unas hermosas flores que supuestamente estaba viendo. Aunque sonreía al hablar, los observadores más agudos detectaron en su voz cierta vacilación. A sus palabras les faltaba alegría y sus manos parecían poco relajadas, incluso tensas. Uno de los agentes del Servicio Secreto la calificó de mentirosa, y tuvo razón: la mujer en realidad no estaba viendo flores, sino una película con escenas violentas que le proyectaron los evaluadores. (Por cierto, los agentes del Servicio Secreto identificaron a los mentirosos en 86 por ciento de los casos, un desempeño superior al de los demás participantes.)
Aunque también resulta útil considerar otro tipo de comportamientos, los cambios en la voz que se apartan de lo normal a menudo revelan engaño. “De igual manera puede haber cambios en la velocidad del discurso –que sea más rápido o más lento– y variaciones en el ritmo respiratorio”, señala O’Sullivan.
Analiza las palabras. ¿Es también revelador el lenguaje escrito? ¿Podemos identificar a los mentirosos en cartas, documentos, notas, mensajes electrónicos e incluso en un currículo vitae? En la Universidad de Texas en Austin, elprofesor de psicología James Pennebaker y sus colegas han elaborado un programa informático, conocido como Análisis Lingüístico y Conteo de Palabras (LIWC, por sus siglas en inglés), que examina contenidos escritos y orales en busca de mentiras. Según Pennebaker, el engaño puede identificarse por dos elementos distintivos.
En primer lugar los mentirosos tienden a utilizar menos pronombres de la primera persona del singular (palabras como “yo”, “mi”, “me”) que quienes dicen la verdad. Es como si pusieran una barrera psicológica entre ellos y lo que expresan; no hacen “suyo” el mensaje. Un ejemplo: “Los documentos fueron enviados ayer”, en vez de la frase directa y personal “Los envié ayer”.
2-En segundo lugar, los mentirosos usan menos palabras de exclusión (como “pero”, “ni”, “excepto”, “mientras que”) porque se les dificulta el pensamiento complejo, añade Pennebaker. Y se les nota.
3- Ojo con las miradas. Aunque muchos interpretan las miradas furtivas o de reojo como típicas señales de mentira, es importante considerar el contexto en que ocurre esa conducta. (Los jugadores de póquer experimentados, por ejemplo, se cuidan de no “decir” mucho con la mirada).
“Es normal que una persona mire hacia un lado cuando piensa en algo difícil”, explica O’Sullivan, “pero si lo hace mientras contesta una pregunta que debería ser fácil de responder, debemos preguntarnos el motivo”.
El tema de conversación también es crucial. “Cuando una persona te miente sobre un asunto del que se avergüenza, difícilmente te mira a los ojos”, añade O’Sullivan. “En cambio, cuando se trata de mentiras pequeñas que no son vergonzosas, incluso puede mirarte más fijamente a los ojos que de costumbre”.
4-Descifra el lenguaje corporal. A la hora de mentir, no hay una sola parte del rostro o del cuerpo (ojos, nariz, orejas o manos) que lo revele todo. El asunto es más complejo. “No existen las narices de Pinocho”, dice Ekman tajantemente. “Para detectar el engaño con la mayor precisión posible hay que analizar la correspondencia entre gestos, ademanes, voz y contenido del discurso”.
Esto significa observar a la “totalidad de la persona” en la medida de lo posible. “Las pistas siempre se deben interpretar a la luz del comportamiento habitual”, explica O’Sullivan. “Hay que estar atentos a cambios sutiles en los movimientos de las manos y en la frecuencia de los ademanes, así como a encogimientos de hombros que no corresponden a lo que se expresa con palabras”. Los cambios en la postura corporal en ciertos momentos de la conversación también son significativos.
Debemos estar alertas ante “cualquier conducta que se aparte de lo normal”, agrega O’Sullivan: “por ejemplo, si una persona reservada empieza a hablar demasiado, o lo contrario. Esto no significa forzosamente que la persona mienta, pero es una señal que conviene evaluar”.
Practica estas técnicas y aprenderás a identificar a los charlatanes.
5- Capta la “filtración” emocional. Según Ekman, las microexpresiones de nuestros rostros a menudo dejan ver lo que realmente sentimos o pensamos, y no lo que queremos que crean los demás; sin embargo, puede ser difícil detectar esos breves movimientos faciales porque duran una fracción de segundo. Ni siquiera los profesionales de la detección de mentiras (investigadores policiacos, jueces y abogados) logran identificarlos siempre. Además, quienes mienten con premeditación se valen de sonrisas y otras expresiones para disfrazar mejor sus engaños.
También hay delaciones involuntarias. “Lo importante es el tipo de sonrisa, no su frecuencia”, dice Ekman. “las sonrisas auténticas se reconocen en los labios y en los músculos que rodean los ojos. Las sonrisas falsas pretenden disimular el miedo, la rabia, la tristeza o la antipatía. Si eres buen observador, podrás percibir alguna de esas emociones”.
Practica estas técnicas y aprenderás a identificar a los charlatanes.
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