4/7/12

BALISTICA FORENSE EL MITO DE LA TRANSFERENCIA DE ENERGIA

INTERESANTE ARTICULO DE BALISTICA EN EL TIRO DE PRECISION DISFRUTENLO
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El Mito de la Transferencia de Energía
Shawn Dodson

(traducc.: Juan Moratto)

Firearms Tactical Institute
En Junio de 1994, Nicole Brown-Simpson, la esposa de la estrella profesional de fútbol americano
y actor O.J.Simpson, fue asesinada en el pasillo principal de su alejado condominio cuando
alguien le cortó la garganta con un cuchillo. Cuánto tiempo piensa usted que permaneció
conciente y fue capaz de llevar a cabo alguna acción por su propia voluntad? Cuánta energía
cinética estima usted que le fue "transferida" desde la hoja del cuchillo a los tejidos blandos de su
garganta?

Nicole Brown-Simpson se desplomó inconsciente muy rápidamente ya que la hoja del cuchillo
rompió las arterias carótidas y las venas yugulares en su cuello, produciendo una pérdida masiva
de sangre que despojó a su cerebro del oxígeno vital necesario para mantenerlo consciente y en
funcionamiento.

Cuando dispara a un atacante en el torso, el objetivo es el de producir una hemorragia fatal
rompiendo el corazón o un vaso sanguíneo principal de forma tal que colapse rápidamente. Este el
por qué de lo importante que resulta la colocación correcta del disparo.

Estas estructuras vitales están ubicadas profundamente dentro del torso de una persona de
tamaño normal, y debe elegir un proyectil que no solo penetre lo suficiente para alcanzarlas, pero
también para traspasarlas y producir un orificio desde cualquier ángulo posible de disparo.

En los Estados Unidos muchos son los oficiales de policía, munidos de chalecos antibala, que
recibieron impactos de bala con proyectiles con energías equivalentes a las medias y altas de los
Magnum (tales como los slugs de escopeta). Los chalecos están confeccionados con varias
capas de fibra especial. Cuando un proyectil impacta en el chaleco, su energía es transmitida
directamente a través de las capas de fibra hacia el cuerpo del policía. No existe ningún incidente
documentado en el cual un policía quedara desmayado o incapacitado físicamente o impedido
para realizar cualquier acción voluntaria luego de que su chaleco fuera impactado por este tipo de
proyectiles.

Estos policías absorbieron cerca del 100 % de la energía cinética transferida, y ninguno fue
incapacitado por el "shock" brusco del impacto del proyectil sobre su cuerpo o por el
desplazamiento temporal de los tejidos blandos bajo su chaleco.

Cuando se prueba un chaleco antibala para certificarlo por el Instituto Nacional de Justicia (NIJ),
se fija un panel balístico sobre un gran bloque de masilla al aceite. Al disparar proyectiles con alto
niveles de energía, como los Magnum o los slugs de escopeta, el impacto resultante produce una
depresión profunda en la arcilla detrás del panel balístico (en el caso en que el panel haya
detenido al proyectil). Esta marca (denominada "deformación trasera del panel" por el NIJ) es
representativa de la cavidad temporaria producida en el torso humano por el proyectil que no
penetró. Sin embargo, dada la rigidez de la masilla, la deformación no es tan profunda como la
realmente producida en un cuerpo humano.

Los chalecos antibala, aparentemente, proveen una mejor protección real cuando están colocados
en un cuerpo humano que cuando están montados sobre un respaldo de masilla, como el que se
usa en las pruebas de certificación.

La razón aparente reside en la mayor flexibilidad y elasticidad del cuerpo humano, que actúa
como un mejor absorbedor del impacto comparado con otro medio, como la masilla. Este efecto
de absorción reduce el stress inducido sobre el chaleco, el que, a su vez, aumenta su efectividad.
La resucitación cardiopulmonar (RCP) es un buen ejemplo de la capacidad del cuerpo humano
para absorber con elasticidad los golpes.

Cualquier proyectil de arma de puño que se dispare contra el cuerpo de un atacante descargará
menos energía que la transferida al cuerpo por el cinturón de seguridad actuando sobre una
persona de 80kg durante un choque contra un objeto fijo a 40 km/hora.

Considere la transferencia de energía cinética que experimenta un conductor de NASCAR que
sobrevive a un choque de los habituales en Daytona, sin embargo, permanecen concientes y salen
caminando. Tenga en cuenta que las velocidades son 8 veces mayores que las del ejemplo.
Un jugador de fútbol americano cuando salta para alcanzar una pelota y cae al piso a la velocidad
máxima de carrera de 25 km/hora, recibe en sus órganos internos un traumatismo más violento de
lo que un proyectil de arma corta puede lograr.

En Noviembre de 1992, Mark Coates, Policía de Autopistas de Carolina del Sur, efectuó cuatro
disparos en el torso a un atacante, con su revólver Smith & Wesson .357 Magnum de 4 pulgadas
de cañón. Su atacante, un adulto obeso que pesaba casi 150 kg., absorbió los impactos y
devolvió inmediatamente el fuego con un disparo de su mini revólver calibre .22 lr. North American
Arms.

Coates fué herido mortalmente cuando el pequeño proyectil atravesó su brazo derecho y penetró
en su pecho por la abertura axilar del chaleco antibalas, donde el proyectil cortó una arteria
principal. Coates, que estaba parado del lado de la puerta del asiento del acompañante del
agresor fue incapacitado rápidamente.

El homicidio fue registrado por la cámara de video montada en la patrullero de Coates. Luego de
ser alcanzado por el disparo, Coates corrió un par de metros, gateando alrededor del auto del
agresor mientras que simultáneamente enviaba por radio el aviso de que había sido herido.
Cuando se estaba acercando al frente del asiento del conductor, repentinamente se desplomó en
el pavimento.

El oficial Coates realizó, en total, cuatro disparos con su .357 Magnum usando cartuchos
Winchester Silvertip de 145 grains, directamente en el abdomen de su asaltante, logrando
impactos sólidos en cada disparo.

Estos proyectiles, en especial, penetran más profundamente que los JHP de 125 grains, sin
embargo, ninguno rompió tejido cardiovascular.

Durante los forcejeos iniciales, Coates recibió dos disparos, pero su chaleco lo protegió. Luego de
zafarse de su agresor, Coates se paró y vació su revólver. En esos instanes, su agresor aún

estaba tirado en el piso. La combinación de la excesiva obesidad y el ángulo inusual en el que
penetraron los proyectiles en el agresor, jugaron en desventaja para el policía.

Este incidente ejemplifica el mito de la transferencia de energía, especialmente cuando se
enfrenta a un atacante muy decidido. El .357 Magnum es considerado, por muchos, como el
mejor calibre para detener a un ser humano, una verdadera maravilla para detenciones con un solo
disparo.

El cartucho Winchester .357 Magnum de 145 grains tiene un factor de stopping-power del 86% de
acuerdo con las pruebas de Marshall y Sanow. De acuerdo con este sistema de clasificación, un
simple disparo EN CUALQUIER LUGAR DEL TORSO, es, supuestamente, muy efectivo para
detener un atacante, sin tomar en cuenta si el proyectil destruye o no tejido vital. Pero esa noche,
falló CUATRO VECES! El asaltante absorbió fácilmente los 4 proyectiles en su cuerpo, cada uno
con una energía cinética de 450 pie/libras. Esto es equivalente a ser impactado 4 veces por una
pelota de baseball volando a, aproximadamente, 340 km/hora.

Ninguno de los disparos de Coates fueron efectivos, pero el disparo calibre .22 de su agresor, sí lo
fue, al destruir tejido vital. Los proyectiles de .357 volcaron toda su energía en el atacante,
mientras que el .22 destruyó una parte vital. El asaltante sobrevivió al tiroteo, fue condenado por el
asesinato de Coates a cadena perpetua.

Otro tiroteo que fue grabado en video ayuda a explicar una reacción conocida como "colapso
psicológico".

Hace unos años, dos policías de Houston, acorralaron a un motociclista sospechoso de robo a
punta de pistola contra la defensa de una bajada de autopista. Al quedar acorralado, el
sospechoso, extrajo un revólver y amenazó con suicidarse. Luego de negociar durante un rato, los
oficiales convencieron al sujeto de que soltara su arma y que él mismo se colocara las esposas
que le arrojaron a sus pies.

La confrontación terminó cuando el sospechoso tomó las esposas y luego el revólver que se
encontraba en el piso, cerca suyo, adonde lo había colocado. A pesar de los avisos que le gritaron
los dos policías, les apuntó con el arma.

Uno de los oficiales abrió fuego con una Colt modelo Government, calibre .45 ACP. Al ser
impactado en su brazo derecho con un proyectil de 230 grains Federal HydraShok Jacketed
Hollow Point, la cara del sospechoso se transformó en una expresión de horror y extrema
incredulidad, sobrevino un shock.

Cuando caía inconsciente sobre su lado izquierdo, dos más Hydrashoks perforaron su brazo
derecho y penetraron en la parte derecha de su torso. El segundo policía, sorprendido por la
reacción de los disparos de su compañero, disparó varias veces con su Colt Combat Commander
calibre .45 ACP. Logró un solo impacto con un proyectil Federal Hi-Shok de 185 grains JHP, que
perforó el brazo izquierdo del individuo y rozó, sin penetrar, la parte izquierda del torso.

El delincuente sobrevivió a los disparos, y de acuerdo a lo dicho por la policía de Houston, la única
estructura vital impactada por los proyectiles, fue la arteria braquial en la parte superior del brazo
derecho, la cual fue compuesta durante la cirugía de emergencia. La herida inicial no pudo hacer
caer inconsciente al delincuente tan rápidamente como lo hizo, ya que no existió abundante
pérdida de sangre ni tampoco no estaba afectada ninguna estructura de su sistema nerviso.
Aunque él cayó incosciente luego del primer impacto, no existió ninguna razón fisiológica para
ello.


Cuando una persona recibe un disparo en su cuerpo con un arma de puño y cae inconsciente en
un lapso de 6 segundos o menos, solamente puede atribuirse a una reacción psicológica al
disparo. Esta persona simplemente se desmaya por la repentina toma de conciencia y temor de
haber recibido un disparo, no por pérdida de sangre o por cualquier otra razón. (Esta apreciación
no se aplica a impactos de bala de fusil. Obviamente, los animales salvajes que colapsan

inmediatamente luego de ser impactados por un proyectil de fusil no caen producto de su miedo.
La dinámica de las heridas de proyectiles de fusil es marcadamente diferente, pero los
mecanismos fisiológicos son idénticos).

Para producir un colapso FORZADO, un atacante debe perder al menos el 20% de su volumen
total de sangre (a menos que el proyectil dañe su cerebro o su médula espinal). Esto puede tomar
varios segundos, inclusive con un disparo directo a la aorta o la vena cava con un proyectil de
grueso calibre.

Muchas incapacitaciones súbitas son de naturaleza psicológica, no fisiológica. El agresor se
desmaya o toma la decisión voluntaria de detenerse en su acción. Es posible que un proyectil con
más contundencia, aquél que rápidamente libere su energía y produzca una sensación mayor de
fuerza brusca, puede jugar un rol para causar un colapso psicológico.

Pero la reacción psicológica al ser impactado por un disparo es altamente variable y poco
predecible. No les ocurre a todos, especialmente a un atacante altamente motivado que está
determinado a causar todo el daño que sea posible antes de que pueda ser detenido.

A menos que usted sea clarividente, no puede predecir las circunstancias exactas en las que será
protagonista una situación de defensa propia. En consecuencia, al elegir un proyectil para defensa
personal será preferible aquél que sea efectivo en la mayor cantidad de escenarios posibles.
Su bala deberá ser capaz de penetrar lo suficiente para hacer contacto y destruir tejido que es
crítico para la supervivencia inmediata de su agresor.

Los dos factores más importantes para detener un agresor son: 1) en qué parte del cuerpo recibe
los impactos y 2) qué órganos resultan perforados y dañados.

Cuánta penetración es la adecuada? De acuerdo con los más importantes expertos americanos
en balística, sus proyectiles deben penetrar al menos 12 pulgadas (30 centímetros) de tejido
blando. Una penetración por encima de las 18 pulgadas (45 centímetros) es considerada excesiva,
y debe considerarse un diseño de bala menos penetrante para optimizar el potencial de daño del
calibre.

En el caso de calibres pequeños como el .22 lr, el 6,35mm y el 7,65mm (y algunas veces el .380
ACP o 9 Corto), deberá seleccionar proyectiles no expansivos que puedan penetrar más de 18
pulgadas, en vez de uno que se expanda y no ofrezca penetración.

Cuando un proyectil se expande, el incremento de diámetro y su forma, ahora no aerodinámica,
actúa como un paracaídas que lentifica y detiene al proyectil a medida que penetra los tejidos.
Estos proyectiles pequeños carecen de masa y momentum para lograr una penetración adecuada
luego de que expanden.

Las balas que logran una penetración en el rango de 12 a 18 pulgadas han demostrado ser muy
efectivas en tiroteos investigados con métodos científicos. Estas conclusiones fueron verificadas
en detalle y convalidadas con otros especialistas nacionales, expertos, en balística terminal.

Las conclusiones son, por lejos, más válidas que los pseudo-estudios de Marshall y Sanow sobre
"one-shot stopping power" (poder de detención con un solo disparo, parámetro fundamental del
estudio balístico de estos dos autores prácticamente creadores del término en cuestión, n.del t.)
que figuran en todas las revistas de armas.

Mucha gente es engañada haciéndole creer que los investigadores de balística terminal
simplemente disparan sobre bloques de gelatina e ignoran los resultados de tiroteos reales que
muestran cuánto de efectivos son esos proyectiles para detener un atacante. Esta clase de
investigación sería increíblemente absurda, no es cierto? Usted cree realmente que estos
investigadores son tan incompetentes e ignorantes? Sus trabajos no resistirían la revisión de sus
colegas o no se reconocerían válidos en la comunidad científica. Sin embargo, estos científicos no
publican sus trabajos en revistas de armas para lograr un rédito económico, y realmente no se
preocupan de lo que el público en general pueda opinar. Dan a conocer sus hallazgos en
publicaciones profesionales, en donde están disponibles para la gente que está realmente
interesada en estos datos.

Los conceptos de colocación del disparo y penetración son simples -demasiado simples para ser
aceptados por algunas personas- pero estos factores son los más importantes para detener un
ataque homicida.

Qué proyectil es el mejor? El que usted sea capaz de disparar con precisión y tenga la capacidad
de penetrar en forma suficiente como para infligir una hemorragia fatal y sin producir fallas en su
arma.

No existe nada místico o complicado respecto de la efectividad de la munición de arma corta. Es
simple: colocación del disparo y penetración.
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